El viernes Sara volvió a clase con Walter y su majestad para contarnos su semana juntos. No fueron muchas las palabras, pero los gestos lo dijeron todo; emoción y llanto al comenzar y recordar los momentos vividos, pequeños guiños, sonrisas y alegría, cariño y mucho amor siguieron después. Fue una semana divertida a pesar de que Sara estuvo un poco malita, pero entre su familia y los invitados la cuidaron de lujo.
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